Clonan la voz del ministro de Educación usando inteligencia artificial y realizaban estafas ofreciendo ítems, según el viceministro Aguilera
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El viceministro de Régimen Interior, Jhonny Aguilera, señaló que la organización criminal estaba compuesta por unas 19 personas. Estima que estafaron unos Bs 5 millones
La Policía Boliviana ha desarticulado una banda delictiva que empleaba inteligencia artificial para estafar a personas a través de la ficticia venta de ítems. Este grupo fue capaz de clonar la voz del ministro de Educación para ofrecer supuestos cargos laborales y, hasta ahora, se han registrado alrededor de 19 víctimas, según informó el viceministro de Régimen Interior, Jhonny Aguilera.
Aguilera destacó que la organización criminal utilizó redes sociales para publicar ofertas de empleo, suplantando al personal de recursos humanos del Ministerio de Educación. Cuando las víctimas estaban a punto de cerrar la transacción, enviaban un código QR y realizaban una llamada con la voz clonada del ministro de Educación, Omar Veliz Ramos.
“Utilizando técnicas de inteligencia artificial lograron clonar la voz del señor ministro (de Educación). Estamos hablando de una organización criminal que tiene 19 víctimas”, manifestó Aguilera en conferencia de prensa.
El viceministro también mencionó que uno de los integrantes de la red es un hombre llamado Luis Mendieta, quien se hacía pasar por el director de Recursos Humanos del Ministerio de Educación para ofrecer trabajos, solicitando el pago de Bs 3.500 a través de un QR.
Hasta el momento, cuatro personas han sido aprehendidas y se enfrentan a cargos por concusión, asociación delictuosa, organización criminal, entre otros delitos.
Se estima que esta banda logró reunir aproximadamente Bs 5 millones. Incluía a dos mujeres que captaban a personas en situación de calle, abriendo cuentas bancarias a su nombre, solicitándoles las tarjetas para retirar el dinero de los cajeros automáticos.
Una vez que recaudaban los fondos, se trasladaban al penal de San Pedro en Chuquisaca, donde estaban en contacto con Alfredo Ch., un hombre de 28 años que está cumpliendo una condena por estafa con múltiples víctimas, y de esta manera dividían las ganancias de sus actividades ilegales.
No se descarta la posibilidad de que otros reclusos estuvieran involucrados en estas operaciones, ya que se encontraron en los teléfonos móviles videos y pruebas de estafas en curso, así como transacciones relacionadas con sus delitos.