Trump escala la guerra comercial con la amenaza de “aranceles recíprocos” a todos los países
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El futuro secretario de Comercio, Howard Lutnick, señaló que Trump estará en condiciones de aplicar su plan a principios de abril.
El presidente Donald Trump aseguró este jueves que implementará “aranceles recíprocos” a tanto aliados como rivales de Estados Unidos, abriendo un nuevo frente que deja al mundo al borde de una guerra comercial sin plazos claros.
“Si nos imponen un arancel o un impuesto, nosotros les imponemos exactamente el mismo nivel de arancel o impuesto, es así de sencillo”, afirmó el republicano en el despacho oval de la Casa Blanca al firmar un documento con consignas sobre su política arancelaria.
El objetivo es nivelar las tarifas aduaneras, lo que impactará duramente a algunos países emergentes, como Brasil o Tailandia, que actualmente aplican altos aranceles para proteger sus economías.
El futuro secretario de Comercio, Howard Lutnick, ha declarado que Trump estará preparado para implementar su plan a principios de abril.
En las últimas semanas, Trump ya anunció aranceles adicionales del 10% sobre productos chinos y del 25% sobre aluminio y acero, mostrando una política económica agresiva con la premisa de “Estados Unidos primero”.
Los gravámenes sobre estos dos metales que se aplicarán pronto afectarán a varios países de América Latina, centrándose especialmente en Brasil, México y Argentina.
El arancel del 25% al acero y aluminio se aplicará sin excepciones, lo que incluye a Canadá y México, sus socios en el tratado de libre comercio de América del Norte (T-MEC).
Ambos países también se someten a una prueba durante algunas semanas sobre otros aranceles del 25% que se les impondrán si no llegan a un acuerdo, buscando incentivarlos a combatir la inmigración ilegal y el tráfico de fentanilo, un opioide sintético que causa estragos en Estados Unidos.
Christine McDaniel, investigadora del Centro Mercatus, explicó que esto obliga a todos los países a renegociar sus tasas arancelarias con Estados Unidos.
El ejecutivo estadounidense no se limita a los aranceles. También está apuntando a barreras no arancelarias, como regulaciones que penalizan productos estadounidenses o el impuesto sobre el valor añadido (IVA) que recaudan los estados.
Trump afirmó que los aliados de Estados Unidos suelen ser “peores que nuestros enemigos” en el ámbito comercial, y subrayó que la Unión Europea es “brutal”.
En el memorando, el republicano solicita a su equipo realizar una revisión completa de las disparidades comerciales entre Estados Unidos y el resto del mundo para implementar aranceles “recíprocos” y “personalizados” país por país.
Se espera que la revisión “debería completarse el 1 de abril, lo que le dará al presidente la oportunidad de comenzar a tomar medidas recíprocas el 2 de abril”, según Lutnick.
Adam Button, analista financiero de ForexLive, indicó que esta situación refuerza la percepción de los mercados financieros de que los aranceles funcionan como una herramienta de negociación más que como una política real a temer.
Durante su intervención, Trump aseguró que India impone “más aranceles que cualquier país”. Horas después, recibió al primer ministro indio, Narendra Modi, en la Casa Blanca y pronosticó “maravillosos acuerdos comerciales” entre ambos.
Nueva Delhi ha hecho gestos conciliadores antes de la reunión, como la reducción de aranceles aduaneros sobre motocicletas estadounidenses de alta gama, lo que resulta favorable para el fabricante Harley-Davidson.
La estrategia de Trump es aumentar los aranceles para financiar en parte los recortes fiscales y reducir el creciente déficit comercial, además de utilizarlo como medio de presión.
Lo hace aplicando la ley del talión, en un enfoque de “ojo por ojo, diente por diente”. Sin embargo, los economistas advierten que esta medida podría perjudicar la economía estadounidense.
No se descartan posibles represalias o incluso llamados al boicot. Maurice Obstfeld, economista, afirma que “es posible que al final veamos a países intentando desligarse del mercado estadounidense”.
Muchos analistas también anticipan un aumento de precios para los estadounidenses, dado que los aranceles son asumidos por los importadores y usualmente se repercuten en el consumidor final.
Trump reconoció que “los precios podrían subir” pero espera que eventualmente disminuyan. Este es un factor importante a considerar, ya que muchos expertos atribuyen, en gran medida, la victoria electoral de Trump en noviembre pasado al descontento de la opinión pública con la inflación.