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Analista denuncia que plantas de urea y gas están paralizadas; asegura que en 2028 el Estado importará gas natural

Analista denuncia que plantas de urea y gas están paralizadas; asegura que en 2028 el Estado importará gas natural

Álvaro Ríos, el analista y exministro de Hidrocarburos, dijo que las plantas no cubren su costo de inversión, ni de operaciones

La Planta de Amoniaco Urea (PAU) situada en Cochabamba y la de Gas Licuado de Petróleo (GLP) ubicada en Yacuiba, Tarija, están inactivas debido a la carencia de mantenimiento y, según informes, ni siquiera logran cubrir los costos de operación. Esta situación fue denunciada por el analista y ex ministro de Hidrocarburos, Álvaro Ríos.

El analista expresó que es momento de dejar de construir empresas estatales que no cumplen con su función y de invertir recursos del pueblo boliviano en proyectos que no generan beneficios reales. La preocupación radica en el riesgo de que el país quede lleno de infraestructura inservible.

Ríos también advirtió sobre la gestión inadecuada de las plantas de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), lo que obligará a Bolivia a importar no solo diésel, sino también gas natural, creando ‘elefantes blancos’ que no podrán ser operados.

La PAU, ubicada en Bulo Bulo, Cochabamba, ha estado en funcionamiento por ocho años, pero ha sufrido paralizaciones en más de 30 ocasiones, una situación que no es habitual en plantas de urea a nivel mundial, según la afirmación de Ríos. Criticó que el Estado haya decidido construir la planta en un lugar poco adecuado.

Se argumenta que la ubicación de la planta es desfavorable, alejada de la fuente de gas, del mercado y de las condiciones necesarias para un mantenimiento y transporte adecuado de productos hacia los mercados de exportación. La capacidad operativa de la planta ha sido, en promedio, de solo un 30 a 35%, lo que le impide cubrir sus costos operativos, que incluyen gastos de personal, limpieza y otros.

La situación se complica aún más debido a la falta de pago de la deuda adquirida con el banco, que supera los mil millones de dólares. Esta inoperancia de la planta refleja la crisis económica que enfrenta el país, dado que si una empresa no cumple con sus obligaciones crediticias, el banco que otorga el préstamo puede enfrentarse a serios problemas financieros.

Se esperaba que la PAU generara exportaciones de entre 25 a 27 millones de dólares al mes, pero se encuentra en una situación de inactividad prolongada.

Por otro lado, la planta de GLP en Yacuiba, diseñada para producir 34 millones de metros cúbicos diarios, ha operado históricamente al 30 o 40% de su capacidad, lo que desde su concepción se consideró un error, ya que nunca ha contado con la materia prima suficiente. Ríos advirtió que para el año 2025, Bolivia comenzará a importar GLP, sumando a la problemática actual, donde se ya se importa aproximadamente el 85% del diésel y un 54% de la gasolina este año. Anticipó que en un par de años más, esta planta podría dejar de operar debido a la falta de recursos naturales para su funcionamiento.

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