FAO alerta que los glaciares de Bolivia “agonizan” y el deshielo afecta a sus comunidades

Un informe menciona el caso del glaciar de la zona occidental del Huayna Potosí, montaña situada en La Paz, donde “el hielo desaparece y retrocede a un ritmo de aproximadamente 24 metros al año”.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advirtió este martes que los glaciares de Bolivia están en un estado crítico, lo que repercute en las comunidades locales, y señaló que si esta tendencia continúa, algunos de ellos podrían desaparecer por completo en dos décadas.
Un artículo publicado por la FAO se basa en datos de investigaciones realizadas por científicos de los Andes y el Himalaya, específicamente en Argentina, Bolivia, Chile, China, Ecuador y Nepal, respecto a la reducción de hielo en Bolivia.
El informe destaca el caso del glaciar en la zona occidental del Huayna Potosí, una montaña ubicada en La Paz a 5.100 metros sobre el nivel del mar, donde el hielo está desapareciendo y retrocediendo a un ritmo aproximado de 24 metros anuales. Además, el agua del deshielo ha creado un lago que no existía en 1975.
Un equipo científico, apoyado por la FAO y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), ha instalado en el centro del glaciar un dispositivo compuesto por paneles y cables que permiten medir de manera continua y rápida el volumen de agua que se acumula sobre el glaciar en forma de nieve. La información recolectada indica que el hielo del glaciar está disminuyendo.
Los investigadores también señalaron que, aunque el incremento de las temperaturas globales está provocando el derretimiento de los glaciares en el mundo entero, en Bolivia esta crisis se está acelerando. Los vientos fuertes transportan sedimentos de áreas sin hielo y los depositan en el glaciar, oscureciendo su superficie y aumentando la absorción de calor.
La FAO advierte que la reducción del glaciar no solo significa la pérdida de paisajes naturales, sino que también impacta de manera negativa a las personas que dependen de este hielo para obtener agua. Los cientos de miles de habitantes en los valles dependen del agua del glaciar para sus necesidades. Las llamas y alpacas pastan en las fértiles praderas, que se alimentan del deshielo estacional que ha definido este ecosistema montañoso durante siglos.
Asimismo, los agricultores requieren el agua del deshielo para irrigar sus cultivos y alimentar su ganado, y cerca de un millón de residentes de El Alto, una ciudad cercana a La Paz, dependen de ella para el agua potable.
Investigación
El investigador en temas ambientales del Centro de Documentación e Información Bolivia (Cedib), Gonzalo Mondaca, explicó a EFE que la advertencia de la FAO está relacionada con los incendios forestales “recurrentes” que han afectado al medio ambiente en el país desde 2019. El año pasado, se quemaron 14 millones de hectáreas en Bolivia, lo que ha tenido un impacto en la situación de los glaciares.
Según Mondaca, la contaminación llega a una capa de la atmósfera donde generan flujos de aire que transportan partículas que se depositan en los glaciares. El aumento del calor que absorben acelera el derretimiento de los glaciares.
La Defensoría del Pueblo de Bolivia instó al Estado a tomar “acciones” para preservar sus glaciares “en resguardo de los derechos humanos de la población”, en el contexto del reciente Día Mundial del Agua que se centró en la “Conservación de los glaciares.”
Mondaca indicó que lo primordial es “mejorar los sistemas de prevención de incendios”, lo cual debe ser priorizado por las autoridades antes de que inicien las quemas forestales en junio. Los incendios son un problema recurrente en Bolivia, principalmente atribuibles a las prácticas de ‘chaqueo’ o quemas controladas autorizadas para preparar los suelos para la siembra y el pastoreo.