Gobierno analiza quitar veto a exportaciones de carne de res y pide a comercializadores bajar sus ganancias

“No es justo que el productor haga los esfuerzos para rebajar la carne y el comercializador siga vendiendo al mismo precio”, dijo el ministro Yamil Flores que expuso una ganancia de Bs 12 por kilo gancho por “llevar el producto de una esquina otra” hasta los mercados

El ministro de Desarrollo Rural y Tierras, Yamil Flores Lazo, afirmó este jueves que se considerará la posibilidad de levantar el veto a las exportaciones de carne de res, una restricción que ha estado vigente durante casi dos meses y que ha sido controvertida entre los ganaderos, quienes aseguran que hay suficiente producción para abastecer el mercado interno.

Flores Lazo mencionó que en la última reunión entre el Gobierno, los ganaderos y el sector exportador se llegó a un acuerdo para ofrecer mayores volúmenes en el mercado, señalando que esto ha contribuido a la disminución del precio del kilo de carne. Indicó que si las tendencias actuales continúan, se reconsiderará la medida restrictiva.

El ministro destacó que hay una reunión programada para la próxima semana, donde se evaluará la situación y, si los resultados son positivos, se explorará la posibilidad de permitir de nuevo la exportación de carne. Resaltó la importancia de las divisas generadas por estas exportaciones.

Además, enfatizó el esfuerzo realizado por el sector ganadero, pero mencionó que esto no se refleja igual en los comercializadores, a quienes instó a “ponerse la camiseta” por el país y colaborar en la reducción del precio de la carne de res en beneficio de los consumidores.

El ministro resaltó que los comerciantes están exigiendo una reducción en el precio de la carne, y aunque se han hecho esfuerzos para bajar el costo, en el mercado el precio no ha disminuido lo esperado. Señaló que los costos de transporte y distribución están afectando el precio final para el consumidor, lo cual no es justo.

Finalmente, hizo hincapié en la necesidad de que todos colaboren para que el precio de la carne baje, enfatizando que los productores están haciendo su parte para reducir los costos, mientras que los comercializadores no están ajustando sus precios de venta. Esto genera una carga injusta para los consumidores finales.