Evo y Arce han convertido al país y a los ciudadanos rehenes de su disputa y sus ambiciones, según analista
El análisis del abogado Gustavo Pedraza refleja que los intereses de Evo y Arce no son compatibles con los de la mayoría de los bolivianos y ve difícil que pueda haber diálogo entre ambos
Se cumplen 13 días de bloqueo indefinido en Bolivia, impulsados por sectores afines al evismo. Desde la perspectiva del abogado y político Gustavo Pedraza, es muy complicado que en el contexto actual pueda haber diálogos o mediaciones, señalando que tanto el jefe masista Evo Morales como el presidente Luis Arce mantienen a los ciudadanos como rehenes en su conflicto político.
De acuerdo a Pedraza, existe una lucha de intereses contrapuestos entre Arce y Morales, donde ambos buscan el poder, lo que ha llevado a convertir al país y a sus habitantes en instrumentos de sus ambiciones y disputas.
Según el análisis de Pedraza, los intereses en juego no priorizan el bienestar de los bolivianos. Morales busca retomar la presidencia y evadir las acusaciones en su contra, mientras que Arce desea mantener su puesto y evitar que Morales regrese al poder.
Pedraza subraya que estas ambiciones son incompatibles con las necesidades de la mayoría de la población boliviana, lo cual restringe la situación a beneficios egoístas. La solución, en su opinión, radica en la aplicación del orden jurídico.
Si bien las acciones de Morales y sus seguidores parecen no tener límites, Pedraza advierte que el estado de derecho debe intervenir, siendo responsabilidad del Gobierno y la Fiscalía establecer medidas sobre los incidentes recientes.
El Ministerio de Gobierno ha reportado que, además de los bloqueos y el impacto en el aparato productivo, 44 personas han sido aprehendidas por delitos como alzamiento armado y terrorismo, y 14 efectivos policiales resultaron heridos, algunos gravemente, por explosiones de dinamita.
Pedraza también destaca que la vía para resolver este tipo de conflicto es el uso legítimo de la autoridad del Estado, es decir, la Ley y el principio de autoridad. En su opinión, la posibilidad de encontrar diálogos o mediaciones es prácticamente nula en este momento, dado que una de las partes en conflicto es contraria a la Ley y al Derecho. Por lo tanto, el Estado debe mantenerse firme en la aplicación de la Ley.