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La elección de Trump: ¿el regreso de las guerras comerciales?

La elección de Trump: ¿el regreso de las guerras comerciales?

El presidente electo plantea los aranceles como una alternativa para fondear un recorte de impuestos adicional que quiere implementar para los estadounidenses

Durante su campaña electoral que lo llevará nuevamente a la Casa Blanca, Donald Trump afirmó que “aranceles” es una palabra que le gusta. Ahora, el exmandatario tiene la intención de establecer impuestos aduaneros más altos, lo que podría reavivar viejas disputas comerciales.

Además de un incremento de hasta un 20% en los aranceles para todos los productos importados, Trump también se enfoca en China, proponiendo un impuesto del 60% sobre sus mercancías que ingresan a Estados Unidos. Las leyes estadounidenses permiten al presidente fijar aranceles por decreto, algo que Trump ya realizó en varias ocasiones durante su primer mandato (2017-2021), especialmente en relación con el acero y el aluminio que proceden de China y Europa.

Por su parte, el actual presidente demócrata, Joe Biden, también implementó aranceles sobre ciertos productos chinos. Trump tiene una oportunidad adicional, ya que podría contar con una mayoría en la Cámara de Representantes y en el Senado, lo que le proporcionaría mayores prerrogativas en temas comerciales.

Jeffrey Schott, del Peterson Institute for International Economics, advierte que la aplicación indiscriminada de aranceles hacia aliados y competidores podría acarrear problemas. Esta acción podría contradecir las obligaciones en la OMC (Organización Mundial del Comercio) o los acuerdos de libre comercio, generando represalias por parte de los países afectados, como lo han indicado los antecedentes de disputas comerciales.

China ya ha enfatizado que no habría ganadores en un conflicto comercial. Mao Ning, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, reiteró que este tipo de guerras no benefician a ninguna de las partes implicadas.

Durante el primer mandato de Trump, los aranceles sobre productos chinos y europeos provocaron represalias tanto de Pekín como de Bruselas, aunque ambas partes intentaron mantener un equilibrio en sus respuestas. Sin embargo, el impacto de un incremento generalizado en los impuestos aduaneros resulta difícil de prever.

En términos generales, la OMC tiene el deber de garantizar que las condiciones de acceso a los mercados sean similares para todos los estados miembros y de disminuir progresivamente las barreras al libre comercio. Los derechos aduaneros han sido históricamente considerados como una de las principales obstrucciones.

La OMC cuenta con un órgano destinado a solucionar controversias al que un estado puede apelar en busca de respuestas. Sin embargo, Schott señala que este sistema “está roto”, ya que el proceso, aunque pueda iniciarse, puede ser bloqueado fácilmente por Estados Unidos, dejando sin efecto cualquier avance.

La simple implementación de aranceles a todos los productos que ingresan a Estados Unidos tendría un costo considerable, alertó la Tax Foundation, que estima que este incremento podría alcanzar los 525.000 millones de dólares anuales, lo que recargaría el gasto sobre los consumidores estadounidenses si se lleva a cabo esta medida que Trump plantea.

Las empresas dependen de la importación de productos para ofrecer a sus clientes una amplia gama de opciones a precios accesibles, como explicó Jonathan Gold, vicepresidente de la NRF, la federación nacional de comercio minorista. Según él, los aranceles se traducirían, a la larga, en un aumento de precios para los consumidores.

De acuerdo con la Tax Foundation, una medida de esta naturaleza podría también provocar una disminución de 0,8 puntos porcentuales en el PIB y la pérdida de 684.000 empleos. Durante su primer mandato, Trump utilizó los aranceles como una herramienta para establecer condiciones favorables en negociaciones con socios comerciales, presentándose como un experto en acuerdos que buscaban equilibrar la balanza comercial con China a cambio de la reducción gradual de los impuestos.

Con vistas a su segundo mandato, Trump plantea los aranceles como una posible solución para financiar un recorte fiscal adicional que desea implementar para los ciudadanos estadounidenses. Si logra avanzar en esta dirección, podría resultar en una medida de largo plazo que fomente una mayor fragmentación de la economía global, un escenario que preocupa al FMI.

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