“Sería catastrófico”: Gerente del IBCE advierte sobre las consecuencias de prohibir las exportaciones de carne de res
Gary Rodríguez recuerda que es muy difícil abrir mercados, pero cerrarlos se puede hacer de la noche a la mañana, con resultados devastadores para toda la cadena de producción
Gary Rodríguez, gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), ha alertado sobre las serias repercusiones que podría acarrear la prohibición de exportar carne en Bolivia. Según Rodríguez, abrir mercados internacionales requiere un esfuerzo significativo, mientras que cerrarlos puede suceder de forma rápida, con efectos devastadores para los ganaderos y todos aquellos que dependen de esta actividad.
Este lunes, los comercializadores de carne comenzaron un paro indefinido, que está teniendo un cumplimiento parcial en varias regiones del país. Los vendedores, agrupados en la Confederación Nacional de Trabajadores Gremiales de Bolivia (Contracabol), exigen la suspensión de las exportaciones de carne de res, argumentando que estas han causado un aumento en el precio del kilo/gancho.
Contracabol acusa a los productores de exportar entre 70.000 y 80.000 toneladas métricas de carne al año, cifras que contrastan significativamente con los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE), que reporta menos de 30.000 toneladas métricas exportadas, principalmente a China, el principal destino de la carne boliviana.
En una reciente entrevista, Rodríguez afirmó que una posible paralización de las exportaciones sería «catastrófica» y que la decisión se basa en información errónea. «Según datos del INE al mes de agosto, las exportaciones de carne alcanzaron casi 29.000 toneladas, lo que está dentro de los parámetros normales. La autorización para exportar es gestionada por el Gobierno mediante cupos, y para este año se permitieron 37.500 toneladas, por lo que no estamos excediendo el límite establecido», explicó Rodríguez.
El gerente del IBCE subrayó que, en un contexto ya complicado para los productores, caracterizado por el incremento de los costos de insumos, la escasez de dólares, la sequía y otros factores climáticos, imponer restricciones adicionales al sector sería un error grave.
«El impacto sería devastador. Nos preocupa que se limite un esfuerzo productivo y de inversión que ha permitido abrir mercados, un logro gestionado incluso por el propio Gobierno. No olvidemos que el protocolo sanitario para exportar carne a China fue negociado en 2018 por el gobierno de entonces», añadió Rodríguez.
Rodríguez también advirtió que las consecuencias de prohibir las exportaciones afectarían a toda la cadena agroproductiva. «No solo sufrirán los ganaderos, también la industria, los trabajadores de la cadena exportadora y, en última instancia, el país. Abrir un mercado requiere tiempo y dinero, pero perderlo puede suceder de la noche a la mañana por decisiones desacertadas como esta propuesta de los comercializadores», enfatizó.
El gerente justificó el aumento del precio de la carne de res como razonable, dado el incremento de los costos de producción. Por ejemplo, mencionó que el precio del quintal de maíz pasó de 80 a 100 bolivianos en seis meses, mientras que el sorgo subió de 71 a 100 bolivianos.
«Esto se debe a cosechas insuficientes y a problemas de oferta derivados de la sequía. El heno, otro suplemento clave, subió entre un 30% y un 40%. Estos insumos representan entre el 70% y el 80% del costo de engorde de las vacas. Además, los insumos veterinarios y los insecticidas han aumentado entre un 30% y un 60% debido a la subida del dólar. Es natural que el precio final de la carne refleje estos incrementos», afirmó.
Finalmente, Rodríguez subrayó la necesidad de modernizar el sistema de comercialización interno, al que calificó de «arcaico» e «ineficiente». «Es vital revisar los márgenes de intermediación, ya que nadie conoce cuánto ganan los comercializadores con tan poco esfuerzo. Este es un problema estructural que debe abordarse técnicamente», concluyó.