Según analista de Bloomberg, Bolivia se encamina a la devaluación, default y caos
“Un gobierno con un enfoque más sensato habría controlado el gasto e invertido en asegurarse de que la bonanza del gas natural del país siguiera pagando las cuentas durante las próximas décadas”, advierte el reporte
La economía boliviana enfrenta desafíos graves
Bolivia se encuentra en un camino hacia la devaluación, el default y el caos, según el análisis de Juan Pablo Spinetto, un reconocido columnista de Bloomberg que se especializa en negocios, economía y política de América Latina. Su perspectiva resalta el colapso de lo que antes era una exitosa narrativa socialista en Sudamérica, advirtiendo que “lo peor aún está por venir”.
Con reservas internacionales que han caído a aproximadamente una décima parte de su máximo histórico de $us 15.000 millones en 2014, el gobierno del presidente Luis Arce ha adoptado una postura de prudencia extrema, malgastando cada dólar y cada gramo de oro disponible. Esto ha resultado en una disminución de la actividad económica, escasez de combustible y un incremento del descontento social, todo para evitar la devaluación de un tipo de cambio insostenible de 6,9 bolivianos por dólar.
Sin embargo, la devaluación se considera inminente, con proyecciones de que podría suceder a finales de 2025 o principios de 2026, una afirmación respaldada también por la analista Débora Reyna García de Oxford Economics. “La inflación anual se disparó hasta casi el 8% en octubre, la más alta desde la implementación del tipo de cambio fijo. La falta de dólares ha llevado a tipos de cambio paralelos y a una especulación feroz con la moneda, además de que muchos proveedores ahora exigen pagos en moneda dura, lo que equivale a la dolarización informal de la economía”.
El análisis sugiere que las nuevas políticas económicas del gobierno son insuficientes y llegan demasiado tarde. Estos desequilibrios han estado creciendo durante años debido a la mala gestión política durante el periodo dorado del gobierno socialista de Evo Morales entre 2006 y 2019, cuando Luis Arce ocupaba el cargo de ‘zar económico’. Se plantea que un gobierno con una estrategia más razonable habría controlado el gasto e invertido en asegurar que la bonanza del gas natural del país continuara financiando cuentas a largo plazo. Sin embargo, esa opción ya no es viable, y actualmente Bolivia necesita urgentemente un gran ajuste fiscal, una devaluación de su moneda y la reestructuración de su deuda externa con el respaldo del Fondo Monetario Internacional.
El análisis advierte que llevar a cabo este tipo de ajuste podría resultar en un suicidio político para el gobierno socialista, pero cuanto más tarde el presidente Arce en tomar medidas, mayor será el costo que estas decisiones tendrán sobre el pueblo boliviano. “La tragedia de Bolivia terminará en devaluación”, señala.
Desde el Ministerio de Economía, se emitió una declaración en la que se desestima la predicción de esta tragedia, afirmando que el Gobierno continuará esforzándose por salvaguardar la economía de las familias bolivianas mediante el Modelo Económico Social Comunitario Productivo, que incluye medidas orientadas a proteger el mercado interno y avanzar en la industrialización a través de la sustitución de importaciones.
