Tres puntos clave de la acusación contra Sean ‘Diddy’ Combs
Es acusado en una investigación de tráfico sexual 10 meses después de que múltiples mujeres presentaran acusaciones de abuso sexual y de otro tipo. Está en una prisión de Nueva York.
Sean “Diddy” Combs, el magnate del hip hop que enfrenta cargos federales de tráfico sexual y crimen organizado, fue arrestado hace un par de semanas y la fecha está detenido en una prisión federal en Nueva York. Es acusado en una investigación de tráfico sexual 10 meses después de que múltiples mujeres presentaran acusaciones de abuso sexual y de otro tipo.
Antes de que se revelara la acusación, Marc Agnifilo, abogado de Combs, dijo que Combs es “inocente”.
Presuntas agresiones desde 2008
Hay detalles explícitos de que Combs presuntamente agredió a varias mujeres desde 2008. Está acusado de abuso “verbal, emocional, físico y sexual” y de que “golpeaba, pateaba, arrojaba objetos y arrastraba a las víctimas, a veces, por el cabello” en agresiones que tardaron “días o semanas en sanar”, reportó Los Ángeles Times.
Según este diario, los investigadores contaron que Combs orquestó encuentros sexuales entre sus víctimas y trabajadores sexuales masculinos a los que llamó “Freak Offs”, definidos en la acusación como “actos sexuales elaborados y producidos que Combs arregló y dirigió, y en los que se masturbó y a menudo grabó electrónicamente”.
Según las autoridades, estos encuentros a veces duraban días y a menudo involucraban a múltiples trabajadores sexuales. Según estas fuentes, Combs drogaba a los participantes para “mantener a las víctimas obedientes”.
Redadas en las casas de Combs en Los Ángeles y Miami resultaron en la incautación de suministros para los “Freak Offs”, incluyendo drogas y más de 1.000 botellas de aceite para bebés y lubricante, dijeron los fiscales.
Líder de una organización delictuosa
La acusación formal reseña que Combs y otras personas con las que se asoció eran miembros de una organización delictuosa que participaba en varias actividades ilegales, entre ellas tráfico sexual, trabajo forzado, transporte y coerción relacionados con la prostitución, delitos de drogas, secuestro, incendio provocado, soborno y obstrucción de la justicia.
Combs está acusado de liderar las operaciones criminales y -según el legajo- quienes trabajaron para él, incluyendo personal de seguridad, personal doméstico, asistentes personales y “supervisores de alto rango” fueron parte de la organización criminal, ya sea a sabiendas o sin saberlo.
Según los fiscales, el grupo que rodeaba a Combs trabajó para preservar y proteger su poder a través de medios violentos, incluyendo el uso de armas de fuego, amenazas de violencia, coerción y abuso verbal, emocional, físico y sexual. “Combs no hizo todo esto por su cuenta”, dijo el fiscal federal en Manhattan, Damian Williams, en una conferencia de prensa. “Utilizó su negocio y a los empleados de ese negocio y otros asociados cercanos para salirse con la suya”.
Williams también dijo que los empleados de Combs estuvieron involucrados en la organización de los “Freak Offs”, a menudo suministrando materiales, limpiando habitaciones de hotel después de los encuentros y ayudando a encubrir los asaltos. El cargo de conspiración de crimen organizado se ha utilizado en casos contra la mafia y los cárteles de la droga, cita el diario estadounidense.
Intimidaba a sus víctimas para que guarden silencio
Combs portaba o blandía armas de fuego para “intimidar o amenazar a otros”, incluidas víctimas y testigos de sus agresiones, según la acusación.
En las redadas de sus casas en Los Ángeles y Miami, las autoridades dijeron que encontraron armas y municiones, incluidos tres AR-15 con números de serie “desfigurados”.
La acusación también señala a Combs de aprovechar los deseos de sus víctimas para emprender carreras en la industria de la música utilizando su dinero e influencia para sacar provecho de ellas.
Las autoridades también dijeron que el sindicado usó grabaciones de los “Freak Offs” para evitar que las víctimas se presentaran. Combs también controlaba la vivienda de sus víctimas, rastreaba su ubicación, dictaba su apariencia, monitoreaba sus registros médicos y les suministraba drogas, dijeron los investigadores.
Otro documento judicial detalla varios actos de violencia e intimidación que Combs y sus asociados llevaron a cabo, incluyendo el secuestro de una persona a punta de pistola y abrir la capota de un automóvil para dejar caer un cóctel molotov dentro, causando que el automóvil explotara. La presentación también dice que los informes policiales, los registros del departamento de bomberos y los testigos pueden corroborar estos casos.
Los fiscales dicen que han entrevistado a más de 50 víctimas y testigos del abuso de Combs, pero que esperan que más personas presenten sus denuncias.