Netanyahu acusa a los aliados de Irán de haber intentado asesinarlo
El atentado contra Netanyahu se produce en plena guerra de Israel contra la formación libanesa proiraní Hezbolá, que el sábado reivindicó varios disparos de cohetes contra Israel.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, acusó el sábado a «los aliados de Irán» de haber intentado asesinarlo en un ataque con dron contra su residencia familiar, amenazando a los involucrados con «hacerles pagar caro», en medio de la guerra contra Hezbolá libanés.
Según su oficina, Netanyahu y su esposa no se encontraban en su residencia en Cesarea, una ciudad costera en el centro de Israel, durante el atentado, que no dejó víctimas. El ejército israelí reportó que el dron, procedente del Líbano, impactó contra una «estructura» en Cesarea, aunque no especificó si se trataba de la residencia.
Netanyahu declaró: «Los aliados de Irán que hoy intentaron asesinarnos a mí y a mi esposa cometieron un amargo error. Les digo a los iraníes y a sus aliados en el Eje del Mal: cualquiera que perjudique a los ciudadanos del Estado de Israel pagará caro por ello».
Mientras tanto, la defensa civil de Gaza informó que 73 personas perdieron la vida la noche del sábado en un ataque israelí en el norte del territorio, con muchas más que se teme que estén sepultadas bajo los escombros. El ejército israelí afirmó que su ofensiva tenía como objetivo a un «terrorista de Hamás».
El atentado contra Netanyahu se da en el contexto de la guerra de Israel contra la organización libanesa proiraní Hezbolá, que reivindicó varios disparos de cohetes contra Israel. La misión de Irán ante la ONU indicó que este ataque fue realizado por Hezbolá, que recibe apoyo militar y financiero de Teherán.
Este incidente también ocurre en un ambiente de creciente tensión entre Israel e Irán. El 1 de octubre, Irán lanzó 200 misiles hacia territorio israelí, como respuesta a los asesinatos por parte de Israel del general iraní Abás Nilforushan y del líder de Hezbolá, Hasán Nasralá, en septiembre en Beirut. El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, prometió una respuesta «mortal, precisa y sorprendente» a esos ataques.
Israel reportó que Hezbolá disparó aproximadamente «200 misiles» desde Líbano, mientras que Hezbolá indicó que atacó la región de Haifa, el principal puerto del norte de Israel, además de Safed y una base militar.
En la Franja de Gaza, más de 400 personas han muerto desde el 6 de octubre, según datos de fuentes médicas locales, cuando el ejército israelí inició una ofensiva aérea y terrestre contra Hamás, alegando que los milicianos se estaban reagrupando en la zona. Los palestinos de esta área están soportando «horrores indescriptibles», afirmó la jefa interina de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), Joyce Msuya, quien pidió que estas atrocidades cesen.
Hamás, que controla Gaza desde 2007, ha sido debilitado por un año de conflicto y el asesinato reciente de su líder, Yahya Sinwar. Los ministros de Defensa del G7 exigieron «un aumento significativo y duradero» de la ayuda humanitaria para Gaza y animaron a Irán a abstenerse de apoyar a grupos como Hamás, Hezbolá o a los hutíes en Yemen, así como de adoptar acciones que desestabilicen la región.
La guerra en Gaza comenzó tras la incursión el 7 de octubre de 2023, cuando milicianos mataron a 1.206 personas, en su mayoría civiles, en el sur de Israel y tomaron a 251 rehenes, de los cuales 97 siguen cautivos. En la represalia israelí contra Gaza, pasándola de ser un territorio de 2,4 millones de habitantes a ser foco de constantes bombardeos, se reportan 42.519 palestinos muertos, según el Ministerio de Salud controlado por Hamás, datos que la ONU considera fiables. Un palestino llamado Nasser expresó: «Cada día, cada hora, hay una masacre. […] Nos hemos convertido en muertos vivientes».
Por otro lado, el director de un hospital indonesio en Beit Lahia, Maruan Sultan, acusó al ejército israelí de bombardear su establecimiento.
En Líbano, un bombardeo israelí alcanzó por primera vez la autopista que une Beirut con el norte del país, matando a dos personas, de acuerdo con informes de autoridades libanesas. Israel también bombardeó el suburbio sur de Beirut, bastión de Hezbolá, y en el este del país, cuatro personas murieron en un ataque, incluido el alcalde del pueblo de Sohmor, según la agencia oficial de noticias libanesa ANI. Israel busca neutralizar a Hezbolá en las áreas cercanas a su frontera y permitir que unos 60.000 desplazados regresen al norte del país.
Desde el inicio de los bombardeos israelíes contra Hezbolá el 23 de septiembre, al menos 1.418 personas han muerto en Líbano, según recuentos de la AFP. La ONU estima que alrededor de 700.000 personas están desplazadas en el país. Los ministros de Defensa del G7 expresaron su preocupación por las amenazas dirigidas hacia la fuerza de paz de la ONU en Líbano (Finul), que acusó a Israel de disparar contra sus posiciones desde el inicio de la ofensiva contra Hezbolá el mes pasado. La Finul reportó que su posición en Mais al Jabal, en el sur de Líbano, se quedó sin agua antes de recibir un nuevo suministro debido al bloqueo de carreteras.