Estados Unidos: Los devastadores incendios de Los Ángeles dejan ya 10 muertos
“Las llamas han consumido todos nuestros sueños. Lo hemos perdido prácticamente todo”, narró a AFP William Gonzales frente a su casa reducida a cenizas en la localidad de Altadena, al norte de la ciudad.
Los incendios que devastan Los Ángeles, Estados Unidos, son considerados por las autoridades estadounidenses como “los más destructivos” en la historia de California. Hasta el jueves por la noche, los siniestros habían provocado diez muertes y continuaban fuera de control, en medio de condiciones climáticas que podrían empeorar.
“Las llamas han consumido todos nuestros sueños. Lo hemos perdido prácticamente todo”, narró a AFP William Gonzales frente a su casa reducida a cenizas en la localidad de Altadena, al norte de la ciudad.
Durante la noche del jueves, los servicios forenses del condado de Los Ángeles incrementaron el número de víctimas fatales de cinco a diez, todas ellas aún por identificar. El vasto operativo de extinción seguía activo durante la noche, con el apoyo de helicópteros que pudieron despegar gracias a unos vientos más suaves en la segunda mayor ciudad de Estados Unidos.
Simultáneamente, las autoridades estaban organizando un dispositivo de seguridad significativo, que incluía el despliegue de soldados de la Guardia Nacional y la posible implementación de un toque de queda a medianoche debido a reportes de saqueos.
Ni el incendio en Altadena ni el que afecta al lujoso barrio de Pacific Palisades, famoso por sus mansiones de multimillonarios, han podido ser controlados. “Estos son los incendios más extensos y devastadores de la historia de California”, alertó el presidente Joe Biden durante una reunión en la Casa Blanca con funcionarios clave involucrados en la gestión de la crisis.
El mandatario electo Donald Trump culpó de la crisis al gobernador de California, Gavin Newsom, acusándolo, sin presentar evidencia, de “incompetencia” en la gestión de los incendios y de malgastar el agua en medio de la sequía que golpea esa parte de la costa oeste del país.
Kalen Astoor, residente de Altadena, enfrentaba la dura realidad de los daños en el vecindario de su madre, de 76 años. Aunque su vivienda aún estaba en pie, Astoor no podía salir de su asombro por el devastador panorama que la rodeaba.
“Es una visión de muerte y destrucción”, dijo la mujer.
Aproximadamente 180,000 personas continuaban bajo órdenes de evacuación y las condiciones meteorológicas, caracterizadas por sequía extrema y vientos fuertes, seguían siendo “críticas”, aunque algo menos severas, según meteorólogos y autoridades locales.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, advirtió que “Los vientos siguen siendo de proporciones históricas. Esto no tiene absolutamente ningún precedente”. Hasta el viernes, las autoridades afirmaron que existía la probabilidad de un “desarrollo significativo de incendios”, ya sea en focos activos o nuevos incendios.
A última hora del jueves, se desató otro incendio cerca de Calabasas y del acaudalado enclave de Hidden Hills, donde residen celebridades como Kim Kardashian, avivado por los vientos, a pesar de los esfuerzos de los bomberos por contenerlo con retardantes de fuego y agua.
Mientras tanto, Hollywood, cuna de la industria cinematográfica estadounidense y que estuvo en peligro por las llamas, experimentó un respiro: el incendio que afectaba sus colinas fue controlado por los bomberos y la orden de evacuación fue levantada por la mañana.
A medida que los residentes y las autoridades comienzan a enfrentar las secuelas de la tragedia, comienzan a emerger los nombres de las víctimas fatales. Entre los fallecidos se encontraba Victor Shaw, de 66 años, cuya hermana declaró que había ignorado las órdenes de evacuación en la región de Altadena. “Cuando volví a entrar y grité su nombre, no me respondió”, refirió Shari Shaw. “Él no respondió y me tuve que ir porque las lumbres eran muy grandes y volaban como una tormenta de fuego”.
Al Tanner, amigo de la familia, encontró su cuerpo en el frente de la vivienda sosteniendo una manguera. La intensidad de las llamas ha sido tan alta que los recursos locales se han visto sobrepasados. Algunos hidrantes se han secado durante el combate contra el fuego, lo que ha llevado a los bomberos a recibir apoyo logístico de estados vecinos.
A medida que la lucha contra el fuego prosigue, otras preocupaciones emergen. Al menos 20 personas han sido arrestadas por saqueos en las áreas de evacuación, informó el sheriff de Los Ángeles, Robert Luna. “Es inaceptable”, lamentó.
El jueves por la tarde, el sheriff confirmó que 400 miembros de la Guardia Nacional de California serían enviados a las zonas afectadas. Según el gobernador Newsom, estos efectivos forman parte de un despliegue mucho mayor de tropas estatales. “Estamos poniendo todo a nuestra disposición para proteger a las comunidades en los próximos días”, afirmó.
En Altadena, los vecinos optaron por formar patrullas para proteger lo que queda en sus barrios. En Santa Mónica, se decretó un toque de queda. La rápida expansión de las llamas, impulsadas por rachas de viento de hasta 160 km/h en condiciones de extrema sequía, ha destruido más de 2,000 edificaciones y temen más muertes, según las autoridades.
Los incendios son un fenómeno habitual en el oeste de Estados Unidos, pero el cambio climático inducido por la actividad humana ha alterado los patrones meteorológicos, elevando la intensidad y la frecuencia de este tipo de incidentes.