Maduro se alista para asumir su tercer mandato y desde su Gobierno se lanza advertencias a opositores
El acto de posesión está previsto para el mediodía (12:00 HB) en la sede del Parlamento, que el chavismo controla
El presidente Nicolás Maduro celebra frente a una multitud en el palacio de gobierno de Venezuela, vestido con una chaqueta militar y un sombrero campesino, mientras empuña la espada de un héroe de la guerra civil del siglo XIX.
“¡La victoria nos pertenecerá por siempre, la victoria es nuestra!” grita Maduro, quien fue ungido por Hugo Chávez como su sucesor. A pesar de las críticas a su reelección y las acusaciones de violaciones de derechos humanos, intenta proyectar una imagen de un «presidente obrero». Su tercer mandato, que abarca de 2025 a 2031, lo consolidará en el poder durante 18 años, más que Chávez, que estuvo 14 años en el palacio presidencial, y solo superado por el dictador Juan Vicente Gómez, quien gobernó durante 27 años.
“El 10 de enero y los años por venir serán años de paz, serán años de prosperidad, serán años de soberanía e independencia plena”, prometió Maduro en ese acto.
La investidura se lleva a cabo un día después de una marcha opositora que concluyó con la denuncia de un breve arresto de su líder María Corina Machado, que el gobierno desmintió, calificándolo de “invento”. A medida que el plan de Edmundo González Urrutia de asumir el cargo se vuelve poco probable, Maduro movilizó a sus seguidores y convocó a “salir a las calles por millones” para su juramentación. “El 10 juro con Maduro por el futuro”, reza uno de sus eslóganes.
“Maduro no se va, se queda”, afirmó la manifestante chavista Coromoto Maguali, de 65 años.
El acto está programado para el mediodía en la sede del Parlamento, que se encuentra bajo control chavista. En las cercanías del legislativo y del resto de los poderes públicos en el centro de Caracas, se desplegaron centenares de agentes de seguridad fuertemente armados, como parte de un plan de «defensa» de Maduro, quien denunció nuevas conspiraciones en su contra, resultando en el arresto de dos estadounidenses y una veintena de dirigentes y activistas a principios de semana.
Washington, que niega cualquier complot, ha expresado su reconocimiento hacia el opositor González Urrutia, quien visitó la Casa Blanca esta semana. El próximo presidente, Donald Trump, se refirió a él como “presidente electo”.
Machado emergió de la clandestinidad para participar en una protesta contra la investidura de Maduro. “Hoy toda Venezuela salió a la calle”, celebró Machado ante centenares de seguidores, con quienes cantó el himno nacional. “¡No tenemos miedo!”, repitió, acompañada por el coro de los manifestantes.
Tras su discurso, subió a una moto y partió. Poco después se generó confusión con la noticia de su arresto, que el gobierno calificó de “invento” y “mentira”. Su equipo político más tarde reportó que fue “retenida por la fuerza” y posteriormente liberada, mientras que la fiscalía la tildó de “operación psicológica”. “Si la decisión fuera detenerla, ya estuviera detenida”, declaró el ministro del Interior, Diosdado Cabello.
El incidente fue condenado por países como España, Colombia y Chile. Trump caracterizó a Machado y a González Urrutia como “luchadores por la libertad”. Machado comunicó en redes sociales que el viernes explicaría lo ocurrido “y lo que viene”. “Yo estoy ahora en un lugar seguro y con más determinación que nunca”, escribió en la red social X.