Francisco celebra sus 12 años como papa con una torta en el hospital

Muestra de su mejoría, Francisco tuvo este jueves “una pequeña fiesta” con el personal médico del hospital Gemelli por sus 12 años de pontificado, según la oficina de prensa del Vaticano.
Jorge Bergoglio celebró este jueves con una torta sus 12 años como papa Francisco en el hospital donde se encuentra ingresado desde hace casi cuatro semanas, en un acto que simboliza la incertidumbre sobre su futuro debido a su delicada salud.
La duración de su hospitalización en el Gemelli de Roma plantea interrogantes sobre cuándo podrá salir del centro médico, en qué condiciones y si podrá continuar con su labor como líder religioso. A medida que se extiende su estancia, crecen las preguntas sobre su bienestar. “La situación de esta tarde sigue estable, porque se necesita tiempo para que un cuerpo de 88 años que sufre una neumonía bilateral se recupere en términos de energía, de fuerza”, indicó una fuente vaticana.
Su pronóstico dejó de ser reservado el lunes, y una radiografía del tórax un día después confirmó “las mejoras registradas en los días anteriores”, según el último parte médico, publicado el miércoles.
Como muestra de su mejoría, Francisco tuvo este jueves “una pequeña fiesta” con el personal médico del hospital Gemelli por sus 12 años de pontificado, según la oficina de prensa del Vaticano. “El personal sanitario que lo acompaña estos días pensó en celebrarlo con una tarta y velas”, agregó esta fuente, sin dar más detalles.
Durante el día, el “Santo Padre” de los católicos continuó con su tratamiento y fisioterapia, además de rezar y seguir a distancia los ejercicios espirituales celebrados en el Vaticano por la Cuaresma.
Aunque ya no se encuentra en estado “crítico”, el obispo de Roma sigue necesitando asistencia respiratoria a través de una cánula nasal, durante el día, y de una mascarilla, por la noche.
Esta hospitalización representa un importante parón para Francisco, siendo la cuarta y más prolongada desde que asumió su cargo el 13 de marzo de 2013, lo cual contrasta con su ritmo implacable habitual, a pesar de las advertencias de su entorno. “El resto del pontificado sigue siendo una incógnita por el momento, incluso para el propio Francisco”, declaró el padre Michel Kubler, exredactor jefe del diario católico francés La Croix.
Según el sacerdote, el primer papa latinoamericano “no sabe cómo va a ser su vida una vez que regrese al Vaticano y se reserva sin duda la posibilidad de renunciar si no puede más”. Su reciente convocatoria de un consistorio de cardenales avivó especulaciones, especialmente dado que este fue el formato utilizado por su predecesor Benedicto XVI para anunciar su sorpresiva renuncia.
Sin embargo, Francisco no ha establecido ninguna fecha y, en repetidas ocasiones, ha rechazado la idea de abandonar la cátedra de San Pedro, argumentando que esto no debe convertirse en una “moda”. Durante su ausencia, ha delegado la celebración de misas en altos responsables de la Santa Sede, aunque ha mantenido ciertas actividades profesionales, como firmar documentos o recibir a colaboradores cercanos.
No obstante, desde su ingreso hospitalario, no ha hecho apariciones públicas ni se han compartido fotografías suyas, en un período que se acerca a actos importantes por el Jubileo, “año santo” que prevé la llegada de 30 millones de peregrinos.
Con la Semana Santa y la Pascua a la vista, momentos clave para los católicos programados para mediados de abril, es complicado imaginar que el papa retome su ritmo habitual. “Es el fin del pontificado tal y como lo hemos conocido hasta ahora”, con su acelerado calendario de audiencias, viajes internacionales y múltiples compromisos, sentencia Michel Kubler.
Una de las principales interrogantes es si continuará con las reformas que ha promovido en los últimos doce años. Con su enfoque en la cercanía, el papa argentino no solo ha transformado el estilo de gestión en el Vaticano. Sus reformas también han impactado profundamente la vida de la Iglesia.
Ordenar las finanzas, dar protagonismo a los laicos y a las mujeres, descentralizar, abrir las puertas a los divorciados vueltos a casar y a los fieles LGTB, así como luchar contra la pederastia, son algunas de sus decisiones. Esta política ha ocasionado una fuerte resistencia interna, que se ha intensificado en los últimos años. Su aprobación de las bendiciones a parejas del mismo sexo a finales de 2023 provocó, por ejemplo, manifestaciones en África.
“Nos guste o no, cambió las cosas, pero muchas quedan todavía pendientes”, recordó una fuente vaticana que pidió el anonimato. Su último proyecto, el sínodo sobre el futuro de la Iglesia, ha cambiado las reglas del juego. Por primera vez, el papa invitó a esta gran reunión mundial de obispos a laicos y mujeres.
Sin embargo, la cuestión de la ordenación de las mujeres como diaconisas sigue en suspensión y los asuntos más delicados han sido confiados a 10 grupos de trabajo que deberán presentar sus conclusiones en junio.