“¡Gracias a todos!”: el papa Francisco regresa al Vaticano tras más de cinco semanas hospitalizado

El papa Francisco, aún débil, regresó el domingo al Vaticano tras más de cinco semanas hospitalizado por una neumonía bilateral, no sin antes saludar y agradecer a sus fieles
El papa Francisco, aún convaleciente, regresó el domingo al Vaticano tras haber estado hospitalizado más de cinco semanas por una neumonía bilateral, no sin antes dirigirse a sus seguidores que se encontraban reunidos frente al hospital Gemelli de Roma.
El pontífice de 88 años, visiblemente debilitado, agradeció a los presentes: “¡Gracias a todos!”, expresó con voz tenue mientras se encontraba sentado en una silla de ruedas, saludando a cientos de personas congregadas bajo un balcón del hospital. Con una pequeña sonrisa y generando risas en la multitud, agregó: “Puedo ver a esa mujer con flores amarillas, bien hecho”.
El líder de los 1.400 millones de católicos en el mundo estuvo en el balcón por alrededor de dos minutos antes de ser dado de alta de inmediato. Posteriormente, llegó al Vaticano, saludando desde la ventana cerrada del asiento delantero mientras pasaba junto a los periodistas. Se le vio con una cánula, un tubo de plástico en las fosas nasales que le proporciona oxígeno.
Francisco lucía cansado y más delgado de lo habitual. Los médicos indicaron que su salud había mejorado lo suficiente como para que pudiera ser dado de alta, aunque le espera una larga recuperación de al menos dos meses.
En su oración dominical del Ángelus, el papa manifestó estar “entristecido por la reanudación del intenso bombardeo israelí de la Franja de Gaza” y solicitó su “fin inmediato”. No había presidido la oración del Ángelus desde el 9 de febrero, lo que representa una ausencia inusual de cinco semanas consecutivas desde su elección.
Jorge Bergoglio estuvo algunas semanas bajo asistencia respiratoria. Para recuperar el uso pleno de la voz, deberá continuar con sus sesiones de rehabilitación.
Los médicos del papa comentaron que él tuvo dos “momentos muy críticos en los que su vida estuvo en peligro”, pero que “nunca fue intubado” y siempre permaneció “consciente y alerta”. En particular, sufrió episodios de dificultad respiratoria aguda, uno de ellos acompañado de vómitos, lo que requirió una transfusión de sangre y la aspiración de abundantes secreciones en sus pulmones.
Durante su estancia en el hospital, el Vaticano solo compartió una fotografía de Jorge Bergoglio, en la que se le ve sentado y un poco cabizbajo ante el altar de su capilla privada, lo que alimentó diversas especulaciones.