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Birmania guarda minuto de silencio por los más de 2.000 muertos del terremoto

Birmania guarda minuto de silencio por los más de 2.000 muertos del terremoto

Enfrente del complejo de apartamentos, uno de los más dañados de la ciudad, los operarios de rescate pararon su trabajo y se colocaron en línea con las manos en la espalda y guardaron silencio como señal de respeto por las vidas perdidas

Birmania celebró este martes un minuto de silencio en honor a las más de 2,000 víctimas del potente terremoto ocurrido el viernes, que derribó edificios incluso en Bangkok, a mil kilómetros de distancia. Cuatro días después del sismo de magnitud 7.7 y poca profundidad, muchas personas en este país, que ha sufrido cuatro años de guerra civil, permanecen al aire libre por la destrucción de sus viviendas o por temor a posibles réplicas.

A solicitud de la junta militar, las sirenas que indicaron el minuto de silencio sonaron exactamente a las 12:51:02, la hora precisa en que comenzó el terremoto. El epicentro se localizó en el centro del país, cerca de Mandalay, que es la segunda ciudad más poblada con 1.7 millones de habitantes y que sufrió graves daños.

Frente al complejo de apartamentos Sky Villa, uno de los más afectados, los equipos de rescate interrumpieron su trabajo y se alinearon con las manos detrás de la espalda. Mientras las sirenas resonaban, funcionarios públicos se agruparon detrás de un cordón que impedía el acceso a los familiares de las víctimas del edificio. En las cercanías, una tienda de campaña de los rescatistas lucía una bandera de Birmania ondeando a media asta, sujeta a un bastón de bambú.

Este tributo forma parte de la semana de luto nacional declarado por las autoridades hasta el 6 de abril “por la pérdida de vidas y los daños”. En el último informe de la junta, el lunes, el número de fallecidos ascendía a 2,056, además de más de 3,900 heridos y 270 desaparecidos. Sin embargo, esta cifra probablemente aumentará considerablemente conforme los equipos de rescate lleguen a comunidades y aldeas que quedaron aisladas debido al terremoto.

Asimismo, en la vecina Tailandia, 19 personas perdieron la vida a causa del temblor, que provocó el colapso de un rascacielos en construcción de 30 plantas en Bangkok. Los equipos de rescate y los operarios continúan trabajando entre los escombros de esta torre, donde se estima que decenas de trabajadores están atrapados.

En Mandalay, muchos edificios residenciales y templos quedaron reducidos a escombros. Por cuarta noche consecutiva, cientos de residentes pasaron la noche a la intemperie, en tiendas de campaña o simplemente cubiertos con mantas en medio de las calles y carreteras. “No me siento seguro. Hay edificios de seis o siete plantas inclinados junto a mi casa y pueden colapsar en cualquier momento”, dijo a AFP Soe Tint, un relojero.

En un salón de exámenes, donde parte del edificio colapsó sobre cientos de monjes durante una prueba, las mochilas llenas de libros de las víctimas aún se encontraban sobre una mesa afuera. Camiones de bomberos y maquinaria pesada estaban estacionados frente al pabellón, donde trabajaba un equipo de rescate llegado de India. Un oficial indio comentó que el hedor en la zona era “muy intenso”, y en varios lugares de la ciudad, el olor a descomposición de los cadáveres se hacía cada vez más presente. Un crematorio en las afueras ha recibido numerosos cuerpos, y esperan muchos más a medida que los rescatistas los recuperen de entre los escombros.

Antes del sismo, Birmania enfrentaba un escenario de guerra civil tras el golpe militar de 2021 contra el gobierno civil encabezado por la nobel de la paz Aung San Suu Kyi. La ONU estima que al menos 3.5 millones de los 50 millones de habitantes del país se han visto desplazados por el conflicto, encontrándose muchos de ellos en riesgo de hambruna.

A pesar de que la junta afirma estar haciendo lo posible para responder al desastre, en días recientes surgieron informes de bombardeos por parte de los militares contra grupos armados rivales. La enviada especial de la ONU para Birmania, Julie Bishop, solicitó el lunes un cese de hostilidades de todas las partes para enfocar esfuerzos en la protección y asistencia a los civiles afectados.

En un gesto poco común, el líder de la junta, Min Aung Hlaing, pidió ayuda internacional, rompiendo con la tradición de otros líderes militares de rechazar la asistencia exterior ante desastres de esta índole. Más de 1,000 socorristas de países como China, Rusia e India llegaron al país, y según medios estatales locales, casi 650 personas han sido rescatadas con vida de entre los escombros.

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